El turismo invita a voltear hacia el cielo y hacer sinergia con la ciencia.
Viajar para observar el cielo se ha convertido en una práctica que con el tiempo ha ganado más adeptos hasta ha surgido el término Turismo de las estrellas para referirse a ese segmento que busca vivir una experiencia sideral, pero sin despegar los pies de la tierra.
Existen destinos dentro y fuera de México ques son escenarios para realizar estudios astronómicos de alto nivel como es el caso de Atacama, en Chile, sitio donde se encuentra el telescopio ALMA, considerado el más potente del mundo y cuyo objetivo es investigar cómo nacen las estrellas. Otro lugar que se considera privilegiado para la astronomía es San Pedro Mártir, en el municipio de Ensenada, donde se localiza el Observatorio Astronómico Nacional.
Los observatorios que se mencionaron anteriormente no son de acceso al público general, pero la buena noticia es que los turistas que visiten el destino, con el simple hecho de estar ahí podrán disfrutar de un cielo repleto de cuerpos celestes y ver estrellas fugaces, las cuales tienen fama de hacer realidad los deseos de cualquier persona.
¿Por qué no se pueden ver estrellas en la ciudad?
Al mirar el cielo desde cualquier punto de las zonas urbanizadas es común encontrarse con una bóveda oscura que apenas deja ver algunos destellos débiles de luz. El motivo tiene nombre y apellido y se llama contaminación lumínica, la cual se define como el flujo luminoso que escapa por el horizonte proveniente de fuentes artificiales de luz: alumbrado público, las luces de los autos o anuncios espectaculares, las cuales ocasionan aumento del brillo en el cielo nocturno.
La contaminación lumínica, además de impedir observar las esrellas, tiene un impacto nocivo en la vida silvestre y la investigación astronómica, pues disminuye en 90% la visibilidad de los cuerpos celestes, de acuerdo con datos del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Centro de Estudios Geológicos de Potsdam, en colaboración con el Instituto de Astrofísica de Andalucía, determinaron que la contaminación lumínica crece un 2.2% anualmente y cada año que pasa el planeta es más brillante en extensión e intensidad.
Realizar observación astronómica dentro de las grandes urbes no es imposible para los aficionados, quienes con un telescopio pueden lograr ver los cráteres de la luna.
Pero si se desea ver con más claridad el manto sideral, será indispensable salir de la ciudad, ya sea que el viajero lleve su propio equipo o que se contrate un tour donde los organizadores proporcionen telescopios, aumentos, filtros, adaptadores y todo lo necesario para ver los astros celestes que en la antigüedad fascinaron tanto a los mayas
Turismo de las Estrellas
1.El desierto de Wirikuta, en San Luis Potosí, comprende 140 mil hectáreas y desde 1998 es parte de la Red Mundial de Sitios Sagrados Naturales de la UNESCO, en ese desierto la major temporada para ver astros es octubre.
2.En la Sierra Negra de Puebla se encuentra el Parque Nacional Pico de Orizaba donde se ubica el Gran Telescopio Milimétrico. Los visitantes pueden acampar y disfrutar de una noche estrellada.
3.Desde tiempos prehispánicos, Xochicalco, Morelos, fue un centro de observación importante. Hoy en día aún se percibe el misticismo entorno al estudio y contemplación de los astros.
4.La noche de las Estrellas, es una fiesta astronómica que se realiza México desde el 2009 en distintos puntos del país. Participan científicos, profesores y estudiantes de todas las ciencias, divulgadores profesionales, aficionados, entusiastas de la ciencia y artistas con la finalidad de observar el cielo y hacer de la astronomía una actividad lúdica.
5.Parque Ecoturístico Sihunchen, en Yucatán, el sitio conjuga vestigios arqueológicos, observación de cuerpos celeste bajo una esencia milenaria, no por nada los mayas son considerados los más grandes astrónomos de su tiempo.
