El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) reunió 220 mil firmas para exigir la protección de la vaquita marina, especie endémica del Alto Golfo de California.
Ante la situación de larma por la extinción de la especia marina, WWF montó una instalación frente a las puertas de Palacio Nacional, en el zócalo capitalino de la Ciudad de México, que mostró 30 vaquitas marinas hechas de cartón sobre un fondo azul a base de plático. El objetivo fue hacer un llamado a la autoridades y concientizar a la población sobre la importancia de proteger a los 30 cetáceos que quedan en el mundo.
“Agradecemos a todos aquellos que han sumado su voz a la de WWF para conservar a la vaquita. Sabemos que hemos encontrado eco en más de 140 naciones”, dijo Jorge Rickards, director interino de la organización en México.
La vaquita marina es la marsopa más pequeña del mundo, habita únicamente en la región del Alto Golfo de California, en el noroeste de México, y es víctima colateral de la pesca indiscriminada e ilegal de la totoaba, un pez cuya vejiga natatoria es codiciada en el mercado asiático.
Rickards reconoció como una “señal positiva” que el gobierno mexicano prohibiera, a inicios de julio, el uso de redes de enmalle, al ser la principal causa de muerte que afecta a la marsopa. El activista destacó que “es necesario autorizar el uso inmediato de técnicas alternativas de pesca que hagan sustentable esta actividad en la zona, y terminar con el tráfico ilegal del pez totoaba hacia Estados Unidos y China.
Cabe destacar que el gobierno mexicano firmó un acuerdo en el que se comprometía a redoblar esfuerzos para salvar a la vaquita marina, el cual consta de una inversión cercana a los $3 millones de dólares para el arranque del Proyecto Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación).
“La vaquita es una especie única de México, pero también es un patrimonio común de la humanidad. Debemos y tenemos la responsabilidad de salvarla”, concluyó Rickards.
