Un viaje, dos destinos

 
Corina Tlali Ortega
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A través de una caravana de promoción que recorrió varios países de América Latina, Peter Luther, director de la Oficina de Turismo de la República Checa, y Carlo Carbone, responsable del mercado latinoamericano para la Oficina Visit Berlín, mostraron las facilidades y ventajas de conocer dos países europeos en un solo viaje.

Dicha campaña tuvo como objetivo brindar información sobre cómo combinar dos puntos del Viejo Continente, los cuales destacan por la historia que guardan y su cercanía.



Ambas oficinas presentaron los productos, servicios, oferta turística y cultural que los viajeros pueden sumar a su agenda vacacional entre Berlín-Praga o Berlín-República Checa.

Lo más usual entre los visitantes, según Luther, es recorrer Praga, Viena y Budapest, pero ahora se incorpora Berlín a la ruta para consumarse como un circuito atrayente para el turismo.

“El mexicano es un visitante curioso que se interesa en la cultura y la gastronomía de distintas ciudades y Berlín ofrece todo eso”, apuntó Carbone.

Agregó que la capital alemana es un lugar conveniente para los visitantes latinoamericanos, debido a que existe un significativo número de lugares donde se podrá encontrar personal de habla hispana.

De Berlín a Praga son cuatro horas en tren y se encuentran a una distancia de 360 kilómetros; otra opción es ir en coche, pasar por Dresden e ir a su propio ritmo.

Carbone recomienda este itinerario en verano, con una duración mayor a las tres noches para tener la posibilidad de conocer la oferta museística y la vida nocturna, propia de los berlineses; así como la zona Este y Oeste que muchos años estuvieron separadas.

Alemania tiene la característica de que muchos pub’s o centros nocturnos no tienen horarios de cierre y eso brinda una regla de libertad. Por ejemplo, abren en viernes y cierran en martes y vasta que a la persona se le imprima un sello en el antebrazo para que pueda ir a su hotel a desayunar y luego regrese para continuar festejando.

Por otro lado, la vida al aire libre se disfruta sobre todo cuando llega el buen clima, la convivencia a la orilla del río forma parte de la vida cotidiana y se integra a los atractivos turísticos del lugar.

“Para la gente que tiene diez días en Europa, se recomienda optar por la posibilidad de conjugar la historia y cultura de dos países”, concluyó Luther.



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Periodista

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