Puerto Vallarta espera recibir en esta primer quincena de noviembre a poco más de 4 mil visitantes y lograr una derrama económica aproximada de 40 millones de pesos, gracias a que este destino se ha encargado de albergar a psiquiatras, geofísicos, neuroendoscopistas, empresarios industriales, ciclistas, pescadores, “vochomaniacos” y más diversidad de profesionistas y grupos que han elegido a este lugar para la realización de sus congresos, convenciones y torneos deportivos.
De igual forma, la segunda quincena atraerá a más de 22 mil visitantes con la visita del torneo de Interlobos de la Universidad Autónoma de Durango con 5,500 visitantes; el concierto de Luis Miguel con 3,200 asistentes; la XXIX Reunión Anual de la Academia de Neurología con 1,600; el LUV Congreso Internacional de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología con 700; la Copa Vallarta 2015 con 7,500; la copa ACM Cheer Dance 2015 con 2,600; los Pacific Games 2015 con 600; el III Congreso de Tópicos en especialidades médicas y actualizaciones con 500 entre otros, que dejará una derrama económica adicional superior a los 160 millones de pesos.
Todo esto resultado del esfuerzo y las gestiones de la Oficina de Convenciones y Visitantes, que ha permitido que Vallarta se mantenga firme como sede de grandes eventos y congresos.
Por su parte el director de la OCV, Miguel Andrés Hernández, reconoció las bondades en cuanto a infraestructura, atractivos turísticos, conectividad aérea y servicios. “Puerto Vallarta lo tiene todo para que convencionistas y acompañantes disfruten de una estancia placentera: paisajes espectaculares, excelente gastronomía y una diversidad de actividades para pasarla de maravilla”.
Un ejemplo de ello, fue el fin de semana pasado que reunió a cientos de aficionados a los coches clásicos por todo el Malecón con el “10° Vallartazo Vochero”.
Es importante mencionar que cada uno de estos eventos trae consigo además de una derrama económica, un programa de responsabilidad social con el cual estamos acercando la actividad turística a las comunidades más frágiles del destino, lo que consolida nuestro proyecto de Anfitriones – Embajadores como un proceso cíclico de la relación entre la comunidad turística y el viajero.
