La celebración del Día de Muertos, entre el 1 y 2 de noviembre, dejará una derrama económica de tres mil 918 millones de pesos en la industria turística, particularmente por la visita de viajeros internacionales, los cuales se enfocan en los Pueblos Mágicos, de acuerdo con información de la Secretaría de Turismo.
Es una de las festividades más importantes a nivel mundial con más de 7.5 millones de turistas en México, por ser una de las tradiciones más simbólicas y anheladas de la cultura mexicana. Este tipo de fechas, al resaltar las leyendas y costumbres del país, se han convertido en las de mayor interés para viajeros internacionales.
De acuerdo con la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), los viajeros internacionales gastan entre ocho mil y 15 mil pesos en la visita de atracciones culturales conmemorativas a estas fechas.
Las formas de festejar varían en cada entidad del territorio nacional, por lo que la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM) señaló que los de más demanda para esas festividades son la Ciudad de México, Michoacán, Puebla, Guanajuato y Aguascalientes, aumentando a un 76% la ocupación hotelera en esos sitios.
La Ciudad de México se adorna de flores y colores; cada barrio cuenta con sus propias formas peculiares de celebración y adoración. Uno de los puntos de mayor atracción en la capital es la escena en el embarcadero de Cuemanco sobre una de las leyendas más populares en México: La Llorona, los días 1 y 2 de noviembre se realizan paseos nocturnos en trajinera, aunque lo ideal es reservar desde varias semanas o meses antes.
En San Andrés Mixquic, es un barrio de la Ciudad de México que aún conservan tradiciones ancestrales. El día de muertos pasa entre música de mariachis, altares, concursos de calaveritas literarias, comida, cortejos fúnebres y gente orando hacia los panteones.
Michoacán es considerado con mayor arraigo a esta tradición, guiado por las usanzas nahuas. Sus los poblados purépechas rodean el lago de Pátzcuaro y la isla, para recordar a los muertos. Durante toda la noche suena una campana colocada a la entrada del panteón, esto para convocar a las almas a la ceremonia; todos visten de negro, caminan portando ofrendas mientras adoran a los muertos con cantos purépecha implorando por su descanso y también por la felicidad de los vivos.
En Huaquechula, Puebla, comunidad indígena de la Sierra Mixteca y el Volcán Popocatépetl, la celebración es considerada como especial; sus blancos y monumentales altares son una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas; son dedicados a personas fallecidas recientemente. Todo empieza con las campanadas del templo a las 2 de la tarde del 1 de noviembre. El camino de los muertos es guiado con pétalos de flor de cempasúchil previamente bañados en agua bendita mientras en las casas se encuentran los altares que llevan cabo pequeñas ceremonias con incienso y copal para recibir a los muertos. El 2 de noviembre las familias van a visitar el cementerio, limpian las tumbas y las adornan, se llenan de flores y también hay música, solemnidad, lágrimas, risas y recuerdos.