Guadalajara cuenta con un toque europeo

 
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Lafayette es una avenida que cobra vida con la muestra artística que personajes como Guillermo Casillas, Salvador Urzúa, Ignacio Díaz Morales, Rafael Castellanos, los hermanos Barragán (Juan José y Luis), Pedro González Madrid y Julio de la Peña plasmaron en sus diseños arquitectónicos.



La zona es reconocida por las construcciones y trazos urbanos que la llamada escuela tapatía de la arquitectura dejó aquí.

Un recorrido para admirar su riqueza artística puede iniciar en el hotel boutique Demetria, alojamiento que llevó a cabo la restauración de dos recintos Patrimonio de la Humanidad: Casa Quiñones y Casa Luis Barragán, abiertas al público, que conservan intacta su infraestructura.

La Casa Luis Barragan alberga actualmente una tienda de arte popular. Los colores de las artesanías resaltan a la vista y despiertan la nostalgia del orgullo mexicano. En su interior se observa un mostrador, estilo tiendita de los años 20.

Siguiendo por la zona de Lafayette, una construcción con fachada amarilla y una fuente en el patio exterior llama la atención, se trata de la Casa Iteso Clavigero, una de las mejores de Guadalajara, construida entre 1929 y 1930 por Luis Barragán Morfín (ganador del premio Pritzker, reconocimiento considerado el Nobel de arquitectura). Fue

declarada Monumento Artístico por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

En este recinto vivió el ex candidato a la presidencia de la República Efraín González Luna. Alberga exposiciones artísticas y una bella terraza para disfrutar de un café.

En Lafayette resulta inevitable mirar las banquetas de las calles, decoradas con cuadros rojos y blancos, al estilo Art Nouveau, recubiertos por las hojas de los árboles con flores de “un solo día”, cuyas principales tonalidades son el rojo, azul y amarillo.

Los más observadores, encontrarán una singular ave Femea posándose en la copa de algún colorido árbol de la zona de Lafayette, como el palma abanico, flor de Jacaranda, bugambilia rosa o el árbol primavera.

La Roma-Condesa tapatía

Durante el recorrido se encuentra gran cantidad de comercios, restaurantes, bares, cafés, bancos, comercios y servicios, como si se tratara de una zona europea, pero con sabor tapatío; todos ellos adornados con bancas, jardineras, fuentes y varios monumentos de singular belleza; ejemplo de ello lo son las esculturas de Vicente Suárez y más adelante las de Juan de la Barrera, Juan Escutia, Francisco Márquez, Agustín Melgar y Fernando Montes de Oca, que se encuentran sobre el cruce de Pedro Moreno.

Otro monumento que atrae las miradas de los viajeros, es el obelisco de cantera rosa y gris, que le sirve de soporte a una juvenil Madre Patria, cubierta por una larga túnica de rígidos pliegues, en la que destaca la guirnalda sostenida en sus manos.

Esta obra está en el cruce de las avenidas Niños Héroes y Chapultepec. Además, se puede observar en el cruce con Avenida Vallarta, el monumento al “Instituto de Amparo”, que muestra dos libros de bronce sobre bases de mármol, con letras sobrepuestas.

Conforme la noche comienza a caer, Lafayette cambia de cara con el ambiente de los centros de entretenimiento cercanos a la zona, donde la vitalidad de los jóvenes que se dan cita aquí, contagia hasta al más apático de los viajeros.

En esta área destaca el templo Expiatorio, de estilo gótico italiano y francés. Sus portones están labrados en madera y en su interior se puede observar un órgano monumental, además de grandes vitrales llenos de colores brillantes.

Finalmente, después de un descanso en las banquitas de la explanada, es momento de regresar al punto inicial, el hotel Demetria, donde una cena a cargo del chef mexicano Antonio Livier, experto en tortas ahogadas, espera en el restaurante.



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