Nueva York muestra las dimensiones asimétricas entre el turismo de Estados Unidos y México; sólo esa ciudad tiene 200 millones de dólares para promoción al año, una cantidad similar a la del Consejo de Promoción Turística para todo el país.
**Carlos Mackinlay**, titular de la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México, estuvo precisamente en Nueva York la semana pasada y se reunió con **George Fertitta**, presidente de New York City & Company (NYC&C) la Oficina de Visitantes y Convenciones de la Gran Manzana.
Además del presupuesto, que es unas 12 veces mayor que el de la Ciudad de México, este organismo mantiene una gran independencia del gobierno local, al que sólo le rinde cuentas.
Esa ciudad participa en 43 ferias internacionales y recibe 40 millones de turistas estadunidenses al año y unos diez millones del extranjero.
El encuentro lo organizó **Alfonso Sumano**, director del CPTM en América, y entre las opciones que se contemplaron fue hacer intercambios de espacios para la promoción de las dos ciudades.
Para lograrlo bastaría encontrar una fórmula justa de evaluación de los espacios en ambas ciudades, aunque la normatividad de la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México no es la más simple.
La cultura es un aspecto atractivo para los neoyorquinos y Gogo Travel, operadora mayorista radicada en Nueva Jersey, refiere crecimientos de dos dígitos en la venta de paquetes a la Ciudad de México por ese motivo.
También hay nichos atractivos, como el interés que ha despertado en el segmento LGBT la opción en el DF de celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo.
#Divisadero
Asambleísta. **Carlos Pizano**, presidente de la Comisión de Turismo de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, tiene una idea clara de lo que significa nadar contra la corriente.
De filiación panista, impulsó la Ley de Turismo de la capital, tras la promulgación de la norma federal, que es letra muerta porque no se ha reglamentado.
Lo más frustrante fue que la ley local ni siquiera ha sido publicada por el jefe de gobierno, **Marcelo Ebrard**.
Pizano, además, ha estado muy cerca de todo el proceso de la Feria Internacional de Turismo de las Américas (FITA) y todavía no termina de sorprenderse por el derrotero que tomó.
Luego de que **Alejandro Rojas**, como secretario de Turismo de la capital, declaró en la Asamblea que la permanencia de la feria se garantizaba porque la propietaria de la marca era una firma privada, después la atacó y acusó de fraude.
En enero, Rojas le envió una carta redactada por él en la que supuestamente varios dirigentes turísticos le pedían reemplazar a la FITA por la FIT.
Una jugada que Pizano decidió no apoyar.