Avanza la construcción del nuevo AICM

 
Redacción
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En cuatro años estará en operación la primera etapa del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), este año se iniciaron las obras y, debido a la dimensión de la construcción, a la fecha lleva un avance del tres por ciento.



El problema de saturación del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) quedará resuelto, ya que se podrá atender al doble de usuarios y tendrá capacidad para 68 millones de pasajeros. Tan sólo en 2015, el actual aeropuerto atendió a 38 millones de pasajeros.

Otro problema, pero de la construcción, es el tema del hundimiento del suelo que es inevitable en la Ciudad de México, porque fue edificada sobre el lago de Texcoco. Sin embargo, eso está resuelto debido al diseño de ingeniería a aplicarse. El hundimiento será uniforme y no parcial como sucede en el actual aeropuerto.

**Construcción**

De acuerdo al crecimiento de la demanda del servicio aéreo, Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) definirá si serán tres o cuatro etapas de construcción. Considerando las dimensiones de las obras, la primera etapa tendrá un periodo de tres años para la construcción, inició en 2015 y terminará en 2018, y los dos años siguientes para habilitarlo en todo lo técnico y operativo, estará lista en 2020.

Está diseñada en un terreno de cuatro mil 431 hectáreas, tendrá capacidad para atender a 68 millones de pasajeros y 550 mil operaciones aéreas por año; tres pistas paralelas para operaciones simultaneas: 2, 3 y 6, tendrán mil metros de separación; 94 puestos de estacionamiento de contacto de aeronaves (acceso directo a las puertas) y 42 puestos de estacionamiento remoto.

El NAICM es seis veces más grande que el aeropuerto actual que tiene una extensión de 770 hectáreas, atiende a 38 millones de pasajeros (de acuerdo con cifras de 2015), atiende 410 mil operaciones por año y tiene dos pistas paralelas con una separación de sólo 300 metros, esa distancia no permite realizar operaciones simultáneas.

La nueva terminal estará a cinco kilómetros al noreste de distancia del aeropuerto actual y colinda con los municipios de Ecatepec, Atenco y Texcoco. El polígono donde se construirá está limitado hacia el norte con el depósito de evaporación solar El Caracol, al oeste por el Circuito Exterior Mexiquense, al sur por la carretera Peñón-Texcoco, al este por terrenos de tierras salitrosas y de cultivo.

En la construcción de esta primera etapa se iniciaron siete obras, entre ellas: barda y camino perimetral (obras definitivas), edificación de un campamento y drenaje temporales, y el retiro de desechos de todo el terreno, conocido como polígono.

La obra más importante es la nivelación del terreno, hasta el día de hoy se encuentran en una etapa previa, la de cimentación.

Raúl González, responsable del área de Infraestructura del NAICM, explicó que la primera obra, y la principal, es la nivelación, que consistió en retirar dos millones de metros cúbicos de escombros y desperdicios del temblor de 1985 que existían en el área, fueron enviados a depósitos autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Después se pondrá una plataforma de tezontle de 50 centímetros de diámetro para nivelar el terreno, ya que hay fango en esa primera capa de suelo. La plataforma de tezontle permite que se pueda circular en el terreno en la construcción.

En esta obra está colaborando el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La inversión en las obras de nivelación de las pistas 2 y 3, y de las
entrepistas, será de mil 700 millones de pesos. Estas obras iniciaron en enero de este año y concluirán en febrero de 2017.

**Hundimiento**

En el diseño de la construcción se hizo un perfil del subsuelo y, acorde a ese perfil, se planeó la cimentación, a través de los diferentes softwares se estableció el diseño del espesor y profundidad de los pilotes que serán utilizados en toda la cimentación, considerando las características de humedad de la tierra por el lago que ahí existió.

Guillermo Medina, subdirector de proyectos del NAICM, explicó que conforme al diseño, ya se tiene planeado, durante los primeros ocho años de vida de la terminal, que se hundirá 10 centímetros hasta asentarse por completo.

El polígono se hunde entre 18 y 30 centímetros cada año en condiciones naturales, es decir sin hacer ninguna obra de ingeniería para evitarlo.
“El aeropuerto se va a hundir igual que el resto del Valle de México. El terreno se va a hundir, pero será de forma uniforme, no habrá hundimientos diferenciales”, aclaró Medina.

En la construcción del nuevo aeropuerto usan el término “lado tierra”, y los despachos de arquitectos encargados de ello: Foster, de origen inglés, y Romero, mexicano, firmaron en sus contratos con el NAICM que están obligados a estar hasta el término de la construcción en caso de que sea necesario hacer alguna modificación. La conclusión de está programada para noviembre de 2018.

La misma cláusula se firmó con los despachos de ingenieros: Netherlands Airport Consultants (Naco), Sacmag de México y Tadco Constructora, encargados del “lado aire”.



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