Akumal. La semana pasada estuve en La Riviera Maya para celebrar el cumpleaños de mi hermana Martha que ama el mar; así que con traje de baño y bronceador en la maleta llegamos a esta tierra caribeña.
Mi amiga Lupita, que vive en Playa del Carmen, me recomendó que fuéramos a cenar a Lunita, un pequeño restaurante ubicado en la planta baja de un edificio departamental en la parte norte de Akumal, argumentando que el Chef Isaac Lopera, era uno de sus cocineros favoritos y como confío en su buen juicio nos lanzamos para allá.
Nuestra mesa estaba montada en el traspatio con una vista inmejorable al mar de la Bahía de la Medialuna, en donde se encuentra desde hace 30 años este comedero. El chef Lopera oriundo de Zaragoza, España, pero mexicano por convicción nos recibió exhibiendo su amplia sonrisa.
Con un acento que no es ni de aquí ni de allá, nos preguntó por nuestras preferencias gastronómicas y por alguna alergia para ofrecernos un menú y agasajar a la homenajeada.
De todo un poco
Su propuesta gastronómica es bastante ecléctica, ya que es una fusión entre mediterráneo-asiático-mexicana creada con manos españolas, en la que usa productos orgánicos provenientes de su propia granja, pero también les da cabida a los ingredientes locales de agricultores, pescadores y ganaderos de la región.
Le da rienda suelta a su talento creativo con apego a recetas tradicionales, pero con un aporte innovador como el tiradito de pescado del día con salsa ponzu de maracuyá, soya caramelizada, aceite de ajonjolí y tartar de camarón, salpicado con chile xcatic tatemado.
Seguimos con dos versiones de ceviche Lunita, uno de camarón y otro de pescado, por aquello de las alergias. Ambos estaban bañados con mezcalina de maracuyá, (amo el maracuyá) con gel de manzana y jengibre, láminas de manzana fresca y de cebolla morada, piña rostizada y rábano sandía.
La tarde caía y el susurro del mar acompañaba maravillosamente este platillo colmado de sabor con una acidez y dulzor que se complementaba armoniosamente.
A continuación, vinieron los camarones al coco, una de las especialidades de Lunita, pero con el toque personalizado del chef Lopera, ya que la camisa de masa que cubre al camarón es producto de una receta andaluza tropicalizada caribeña.
Con los pies clavados en la arena, haciendo contacto con esta tierra de vegetación selvática nos dejamos llevar por la serenidad que la luna reflejada sobre el mar nos ofrecía, así esperamos con paciencia el siguiente platillo.
Era un pescado al Orio, preparado con coronado, un pescado local parecido a la merluza con alioli de ajo, puré de coliflor infusionado con aceite de oliva y sal, verdaderamente delicioso.
Por último, pero no por ello con menor sabor, llegó el taco de cochinita pibil preparado con todas las de la ley, la carne jugosa y suave que se deshacía en cada bocado contaba la historia de su origen, la de un cerdo pelón orgánico; un lechón creado en su propio rancho que vivió en libre pastoreo para dar lo mejor de su esencia en este platillo.
Este encuentro entre el mar y la tierra en el “Lugar de las Tortugas” como se le conoce a Akumal, ofrece en cada plato un poco de los sabores de las diversas culturas que se unificaron en Isaac Lopera, un chef de latitudes lejanas, pero de corazón cercano, que brinda una propuesta honesta, sin pretensiones, pero divertida en la mágica playa de Akumal.