Cancún es sinónimo de modernidad, pero también alberga tesoros históricos poco conocidos como la zona arqueológica de El Meco. Ubicada al norte de la ciudad, muy cerca de Puerto Juárez, este sitio maya ofrece una experiencia cultural y tranquila, ideal para quienes desean explorar el pasado sin salir del perímetro urbano.
El Meco fue un asentamiento maya de relevancia regional entre los siglos VI y XVI d.C. Su ubicación estratégica junto al mar sugiere que fue un importante puerto de comercio que mantenía conexiones con otras ciudades costeras y con la cercana Isla Mujeres. Hoy en día, el sitio está bien conservado y rodeado de vegetación, lo que lo convierte en un oasis cultural dentro de la zona turística.
La estructura más destacada es “El Castillo”, una pirámide de 12 metros que servía como centro ceremonial y punto de observación. Desde la cima se tiene una vista impresionante del Caribe y de Isla Mujeres, lo que demuestra su papel estratégico. A su alrededor se encuentran plataformas, templos y senderos que permiten al visitante recorrer el sitio a su propio ritmo.
A diferencia de Chichén Itzá o Tulum, El Meco rara vez está abarrotado, por lo que es posible disfrutar la visita en calma, con tiempo para escuchar los sonidos del viento entre los árboles y el canto de las aves. La entrada es económica, y en ocasiones se cuenta con guías disponibles.
La cercanía con el muelle de Puerto Juárez permite complementar la visita con un paseo a Isla Mujeres, o disfrutar de mariscos frescos en alguno de los restaurantes locales frente al mar.
El Meco representa una valiosa oportunidad para redescubrir el legado maya en un entorno accesible y tranquilo. Es ideal para viajeros curiosos, familias con niños o quienes desean enriquecer su experiencia en Cancún con un componente histórico y cultural auténtico.