Como parte de un esfuerzo para frenar el sobreturismo y minimizar la propagación del coronavirus, los funcionarios de la ciudad italiana de Venecia planean rastrear a todas las personas a través de cámaras, un sistema de rastreo de teléfonos móviles y más.
Según Reuters.com, los funcionarios venecianos utilizarán 468 cámaras de circuito cerrado de televisión, sensores ópticos y un sistema de rastreo de teléfonos móviles para determinar a los residentes de los visitantes, de dónde vienen las personas, a dónde van y qué tan rápido se mueven.
La ciudad también medirá cuántas góndolas navegan en el Canal Grande, qué tan rápido viajan y los niveles del agua. Los datos se recopilarán una vez cada 15 minutos con fines de análisis actualizados.
Los funcionarios del gobierno están trabajando en regulaciones para exigir a los turistas que publiquen sus planes de viaje en una aplicación, lo que esencialmente los obliga a reservar un viaje de un día a la ciudad. Además, los turistas se verán obligados a pagar entre 3 y 10 euros para entrar, según la época del año.
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Las autoridades venecianas también están probando torniquetes similares a los de los aeropuertos para ayudar a controlar la cantidad de viajeros que ingresan a la ciudad, y los funcionarios pueden rechazar a los turistas si la cantidad de personas dentro de las fronteras de la ciudad alcanza su límite superior.
El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, dijo que las restricciones se discutieron por primera vez en 2019 , pero la pandemia de COVID-19 obligó a los funcionarios a posponer la implementación. Se espera que las reglas se apliquen a partir del próximo verano y 2023.
Brugnaro dijo que las autoridades están tratando de hacer que el turismo sea más sostenible en una ciudad visitada por 25 millones de personas al año.
