Yucatán ofrece distintos destinos para realizar turismo religioso
Si buscas aprovechar Semana Santa para hacer turismo religioso, Yucatán está lleno de iglesias en sus Pueblos Mágicos.
Además, se puede conjuntar la visita por los santuarios con la gastronomía, las playas y cultura de este destino.
Maní
Es el punto de partida de la famosa Ruta de los Conventos de Yucatán, que arranca en el convento de San Miguel Arcángel.
Este convento es famoso porque en 1562, Fray Diego de Landa quemó códices mayas con información irremplazable.
Luego de ese “auto de fe”, el Fray se arrepintió y dedicó su vida a estudiar la cultura maya.
El convento cuenta con una de las capillas abiertas más impresionantes del continente.
Mérida
La Ciudad Blanca ofrece una gran gama de platillos para los amantes de la gastronomía, junto a su Catedral de San Ildefonso.
Se dice que esta fue la primera catedral que se construyó en América, pero en tierra firme, y tardó 40 años en terminarse.
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También, no olvides visitar sitios cercanos a la capital de Yucatán como Chumayel, donde se hallaron los códices mayas de Chilam Balam.
Allí se ubica el Templo de la Purísima Concepción que enarbola al famoso Cristo de la Transfiguración.
Valladolid
La Perla del Oriente Maya está repleta de historia, pues fue sitio donde sucedieron hechos como la Guerra de Castas.
A lo largo del Pueblo Mágico yucateco se pueden visitar varias iglesias, templos y exconventos como el de San Bernardino.
Hay que recorrer la Calzada de los Frailes, que anteriormente unían Valladolid con el pueblo indígena de Sisal.
Asimismo, la Iglesia de San Servacio es otra parada para disfrutar en Semana Santa, en donde asesinaron a un hombre en 1700.
Izamal
El Pueblo Mágico conocido por sus fachadas amarillas y ocres que adornan sus haciendas y exhaciendas.
Este destino de Yucatán es ideal para Semana Santa con su convento de San Francisco de Padua.
El convento posee el segundo atrio cerrado más grande del mundo, superado sólo por el del Vaticano.
Juan Pablo II visitó el convento durante su visita a México, quien admiró los 75 arcos que conforman el atrio.