¿Tú también quieres una foto en Las Coloradas?

 
Redacción
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Quizá si no hubiera redes sociales, Las Coloradas simplemente seguirían siendo la mayor granja de sal para consumo humano de México y no un popular destino turístico en el que todo visitante quiere tomarse una fotografía.



Cuenta la leyenda que precisamente unas fotos en Facebook o en Instagram fueron las que detonaron el deseo de muchos viajeros por viajar desde Mérida tres horas por carretera para visitar este sitio.

Los primeros se encontraron con la sorpresa de que es una propiedad privada del Grupo Roche y que por tanto sólo se podía acceder a ellas con su autorización.

Hoy existen tres opciones de recorrido con precios que van desde los 300 hasta los 900 pesos, para caminar cerca de ellas, visitarlas en bicicleta o bien en un vehículo todo terreno.

Dependiendo de la opción elegida los guías de turistas ofrecerán una explicación que incluye la descripción de las halobacterias, que viven precisamente en líquidos con grandes acumulaciones salinas y que le dan ese pigmento tan característico a Las Coloradas.

Aunque también la visita se puede extender a un mayor número de ellas o bien sumar un recorrido por los manglares para observar algunas de las aves características como las gaviotas, los pelícanos y los flamencos.

Estas últimas unas aves de color rosáceo que no adquieren ese color debido a las bacterias mencionadas, sino a unos pequeños crustáceos, las artemias salinas que también habitan en la zona.

Con algo de suerte, los visitantes podrán ver una tortuga de carey pero todos accederán a los tips de los guías sobre dónde tomarse la mejor foto.

Los visitantes deben comprometerse a guardar ciertas reglas, pues está estrictamente prohibido meterse a nadar ya que, a diferencia del Mar Muerto, la concentración de sal aquí es tan grande que puede dañar la piel.

Además, las bacterias humanas podrían a su vez contaminar ese líquido, lo mismo que las cremas y protectores solares, lo que eventualmente afectaría la calidad de la sal.

En Las Coloradas se descubre también el proceso mediante el cual la sal se cristaliza y se va al fondo conforme el agua se evapora, debido a la temperatura de esos rayos solares que vienen viajando desde muy lejos y que también hacen posible la vida.

Esta granja de sal se ha convertido así en una atracción turística que, junto con la pesca, contribuyen a generar los ingresos para los habitantes que viven en el pueblo del mismo nombre.



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