El gobierno británico relajó las restricciones a los viajeros que llegan a Inglaterra desde el extranjero, impuestas tras la aparición de la variante ómicron del coronavirus.
El motivo según el primer ministro Boris Johnson es que no hacen una diferencia para frenar los casos.
“Ahora que la variante ómicron es tan dominante, estas medidas sólo tienen un impacto limitado en el aumento del número de casos, mientras que siguen causando costes significativos a la industria del turismo”, explicó.
A partir del viernes, los viajeros ya no tendrán que presentar un test negativo de coronavirus antes de embarcar con destino a Inglaterra.
Y si están vacunados, no deberán aislarse mientras esperan el resultado de una prueba realizada tras llegar, anunció Johnson.
Las medidas que se mantienen en Inglaterra
Ahora los viajeros tendrán que someterse a un test de antígenos en los dos días posteriores a su llegada.
Y también señaló que para toda la población se debe mantener al menos hasta el 26 de enero la recomendación de teletrabajo, así como de la obligatoriedad de usar mascarillas en interiores
Y se mantiene la exigencia de pases sanitarios para eventos multitudinarios, vigentes en Inglaterra desde mediados de diciembre.