El Oasis de Amón hoy conocido como Oasis de Siwa era uno de los más reconocidos de la historia, cuenta la leyenda que Alejandro Magno llegó hasta aquí para conocer el oráculo que le reconoció proclamando su origen divino.
Desde la época del antiguo Egipto, los oasis eran célebres porque servían de aprovisionamiento y descanso de grandes caravanas de beduinos y comerciantes. Hoy nos siguen sorprendiendo por su belleza como es el caso del Oasis de Siwa.
La ciudad de Siwa que le da el nombre al oasis se encuentra en el desierto del Sahara rodeado por un mar de dunas y palmeras, muy cerca de la frontera con Libia.
El Oasis de Siwa
El suelo y los lagos de esta ciudad están impregnados de sales y la piedra llena de conchas petrificadas, ya sólo esto es un espectáculo.
El lago es una auténtica belleza, de aguas cristalinas y azules; el sitio tiene mayor concentración de sal por metro cúbico que el Mar Muerto, lo que hace que la sensación de flotabilidad sea mayor situación que atrae a los turistas.
Los locales cuentan que sumergirse en el lago es beneficioso para la salud, además de que te explican que la sal que se forma en el fondo es extraída cada seis meses para después venderla en Europa.
Al día de hoy, llegar hasta el oasis resulta muy sencillo. Una de las mejores opciones, aunque no la más cómoda, pasa por coger el autobús nocturno que parte cada noche desde El Cairo hasta el centro de Siwa, donde se debería llegar a primera hora de la mañana.
Lo ideal es visitar el lugar entre otoño y abril, cuando las temperaturas son más soportables que en verano.
La fortaleza de Shali
La principal atracción del pueblo es la espectacular fortaleza de Shali, una ciudad fundada en el siglo XIII y habitada hasta 1926, cuando tres días de tormentas la dañaron seriamente.
Construida sobre una colina en el centro de Siwa, Shali se presenta como un laberinto de edificios hechos con una típica mezcla local de sal, roca y arcilla conocida como kershef.
Desde lo más alto del lugar se pueden tener unas maravillosas vistas al oasis. Además de que el lugar te dará para tomar horas y horas de fotografías.
El gran Oráculo
Para los amantes de la arqueología, los dos lugares que no se pueden perder se encuentran en la colina de Aghurmi, donde se pueden visitar dos templos en honor al dios Amón.
El primero de ellos, y el más conocido, guarda en su interior el famoso templo del oráculo, que se cree que fue visitado por Alejandro Magno para determinar si era hijo de Zeus.
El segundo, el de Umm Ubedah que estaba conectado al anterior y, aunque está prácticamente en ruinas, su ubicación en medio de una serie de palmeras hace que mantiene un gran encanto.
El baño de Cleopatra
Siwa cuenta con numerosos manantiales escondidos entre las palmeras. El más famoso de ellos es el llamado baño de Cleopatra, una piscina de agua termal natural famosa por la leyenda que la liga a la reina.
Según la leyenda, esta bella mujer se bañaba constantemente en este lugar para mantener su belleza.