Grupo Xcaret, entre sus parques y hotel, tiene aproximadamente 5,000 especies de animales que forman parte de sus atractivos. El distanciamiento social y las restricciones de viajes provocaron que el modelo de cuidado de toda la fauna se ajustara tanto para proteger la salud de los cuidadores como para mantener a los animales bien y a salvo.
El biólogo Rodolfo Raigoza, director de conservación de Grupo Xcaret, comentó para Periódico Viaje que desde el principio de la contingencia quedó muy claro en el área de conservación que no se podía simplemente bajar la cortina.
Esta área, la que se encarga de los animales, trabaja bajo un esquema que está basado en cinco dominios de bienestar animal. El primero tiene que ver con la alimentación por lo que lo inicial en la lista de prioridades es garantizar es que los animales tengan una buena dieta. Después, en la escala de bienestar, la preocupación se dirige a otras cosas como son la salud mental y el entorno donde están los animales.
En este orden de prioridades, a la par se buscó la seguridad de los animales y de los colaboradores que trabajan con ellos. La solución para cuidar ambos fue distribuir a toda la gente en diferentes brigadas.
Cuatro brigadas trabajan por una semana entera y después descansan tres semanas a cuarentena para mantenerse en su casa y garantizar que nadie esté contagiado. Las brigadas tienen alrededor de 24 personas que dan cuidado a todos los ejemplares.
Asegura el biólogo que los planes de manejo de emergencias existen desde hace mucho tiempo. Evidentemente no había un programa de emergencia específico para Covid-19 pero sí existe gran experiencia en el manejo de crisis en temas de organismos.
Trabajar con ejemplares exige a Grupo Xcaret tener un plan para atender situaciones que se puedan presentar al interior o al exterior de todas unidades de negocio. El biólogo ha trabajado 25 años para el grupo, en ese tiempo ha activado protocolos de emergencia con alertas de huracanes, con la influenza y con demás contingencias. En esta ocasión bastaron cuatro o cinco días para activar el plan.
La contingencia obligó a toda el área de conservación a cambiar e innovarse. “Hay muchísimas cosas por aprender, habrá un cambio significativo en la manera en la que nos relacionamos con los visitantes y cómo ellos se relacionan con los animales” dice Rodolfo Raigoza.
La mayoría de los ejemplares tienen una relación muy estrecha con sus cuidadores. En esa relación de confianza que ya existe entre los animales y ellos, se genera un vínculo de acercamiento. Hay animales que estaban acostumbrados a un solo cuidador y ahora, debido al plan de brigadas, están viendo a varios cuidadores.
En cuanto a la relación con los visitantes, el grupo ya trabaja en una señalética acerca del distanciamiento animal para que los ejemplares no estén tan cerca de los visitantes en un inicio. El plan es ir metiendo de forma gradual algunos animales, quitar algunos, manejar horarios o modificar algunas estrategias de acercamiento con la gente una vez que los parques abran.
Una cosa es definitiva: la reinserción de los animales a las unidades de negocio sucederá de manera paulatina. Una de las razones es para evitar la aglomeración de personas alrededor de los ejemplares, de manera que se pueda mantener distanciamiento social entre visitantes y colaboradores.
La otra razón, igual de esencial, es proteger a los animales y permitirles tener tiempo de adecuarse de nuevo a la presencia de humanos en su cotidianidad.