Un emprendedor que no le teme a las crisis

 
Carlos Velázquez
hrs.

La historia como emprendedor de Rafael Covarrubias se ha escrito en torno a las crisis y ahora ve la del Covid-19 como una más.



A su memoria viene la que más padeció en lo personal, la de 1994 cuando su familia perdió la casa y de la que uno de sus seres más cercanos ya no se pudo recuperar.

Si conservas la calma, te cuidas, mantienes tus rutinas; después de las crisis vienen las oportunidades, pero si optas por el alcohol o por evadirte entonces es muy difícil que te recobres, sostiene.

Discovery Mexico, su empresa especializada en el mercado inmobiliario de Los Cabos y comercializadora de algunos proyectos de Grupo Pueblo Bonito, ya está librando otra batalla.

Hace años colaboró con Daniel Chávez, fundador de Grupo Vidanta, quien junto con su equipo ha demostrado que incluso en los peores momentos hay alternativas.

Hoy le digo a mis colaboradores, refiere Covarrubias, que incluso en esta crisis del Covid-19 hay empresarios que están ganando dinero.

Por ejemplo, abunda, supongo que las farmacéuticas, los hospitales, las empresas que distribuyen mercancias, los proveedores de Internet y de diversión por vías digitales deben estar haciendo negocio.

Cuando la pandemia termine, dice, empresarios y ejecutivos buscarán oportunidades inmobiliarias y reaccionarán al producto correcto, con el precio adecuado, la promoción que se necesita y en una buena plaza.

Si estás en un sitio icónico como Los Cabos, siempre habrá un grupo de compradores estadounidenses y nacionales que seguirán deseando venir aquí; aunque otros criticarán fuertemente a México.

Ahora le ha pedido a su equipo de ventas que esté cerca de sus clientes, que los ayuden y se pongan en sus zapatos para que los hagan sentirse respaldados.

Covarrubias dice que después de 30 años, de lo único que está cierto es que nunca podrás predecir cómo reaccionará el mercado después de una tormenta.

Recuerda el caso del Huracán Pauline, que devastó a Acapulco en 1997.

Pasó algún tiempo para que los turistas regresaran y en la sala de ventas de Mayan sólo había un vendedor; pero de un día para otro llamaron a todo un equipo, pues en horas creció la demanda.

Otro caso sucedió en 1995, después del “error de diciembre”, cuando Vidanta lanzó un producto con financiamiento propio en pesos y la gente hizo cola para comprar.

Para Covarrubias dos aspectos vitales son adaptarse y mantener la energía, pero no de dientes para afuera.

El ser humano siempre va para adelante, dice, y durante las crisis surgen ideas, ímpetu y sale lo mejor de muchas personas.

Alguna vez lo retiraron de un proyecto en Peñasco y de camino a Nuevo Vallarta iba furioso, lamentándose por lo que ya no tendría; pero en ese trayecto reconoció lo que había aprendido y vino uno de sus mejores momentos como vendedor. “De nada sirve que digas que estás bien si no lo estás y en esta crisis tenemos mucho miedo por un enemigo invisible; pero también nos vamos a recuperar”.



hrs.

Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

Notas relacionadas
Ir a la barra de herramientas