El viajero debe considerar beber agua embotellada durante el vuelo; así como evitar las bebidas calientes.
Hidratarse durante un vuelo es importante, ya que el agua de la piel y pulmones se evapora con mayor velocidad debido a que el aire del avión tiene poca humedad y eso ocasiona que las personas se deshidraten más rápidamente.
La Guía para la Calidad del Agua de Consumo Humano a cargo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), establece que los aeropuertos deben manejar el recurso hídrico bajo el Reglamento Sanitario Internacional; así como disponer de una fuente de agua para consumo humano que esté aprobada por el organismo regulador autorizado.
Jorge Baruch, jefe de la Unidad Mixta de la Clínica de Atención Preventiva del Viajero del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), mencionó en entrevista que en caso de consumir agua contaminada durante un vuelo, los síntomas que puede presentar el viajero son diarrea, aumento de evacuaciones, deshidratación, fiebre, malestar generalizado y, en algunos casos, homo sangrado. Son los síntomas dependiendo si es por E.coli y si éste invadió el intestino.
Recomendaciones
-Beber agua durante el vuelo, pero no del grifo del avión. Consideré la posibilidad de llevar consigo agua embotellada, la cual puede adquirir después de pasar el control de seguridad.
-Evite las bebidas calientes, como el té o café a bordo del avión, esto debido a que muchas veces el agua con la que se elaboran proviene del tanque de la aeronave, y en caso de estar contaminada, las bacterias no se matan con tan solo calentar el agua, pues son resistentes a las altas temperaturas.
-En caso de realizar un viaje internacional, no olvide llevar un botiquín de viaje con antidiarreicos; así como consultar a un profesional de la salud.
Antecedentes
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), realizó un estudio en el cual analizó 158 aviones, de los cuales uno de cada ocho contenía agua contaminada.
En 2004, la industria aérea aceptó un plan de dos años, en el que se comprometían a examinar el agua cada año y a desinfectar los tanques del avión que abastecen el agua cada tres meses. Fue así como se percataron que dicho protocolo no resolvería el problema debido a que, aunque las aerolíneas desinfectaran el tanque del avión, no se podía controlar la transferencia y limpieza de los depósitos que contienen el agua antes de llegar a la aeronave, ni tampoco el saneamiento de las tuberías y mangueras.
“La transferencia del agua a la aeronave y el sistema de agua de consumo humano en el avión, también tiene el potencial de introducir peligros, incluso si el agua fuera de buena calidad hasta este punto”, indicó la OMS.
En algunos casos, las muestran de los aviones detectaron contaminación por bacterias coliformes que indicaron la presencia de desecho fecal humano, las cuales provienen de las mismas fuentes que los organismos patógenos E.coli.
La OMS determinó que de no tomar precauciones, los riesgos microbiológicos derivados por el uso o consumo de agua contaminada a bordo de una aeronave, podría representar un problema de salud pública.