Los retos de hacer turismo por carretera

 
Carlos Velázquez
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Si una de las desventajas turísticas de México como país es la falta de una red de vías férreas, como sucede en Europa o en países como Japón, es impresionante en cambio la oferta de asientos de autobuses.



Hoy las aerolíneas del modelo de bajo costo comienzan a “morder” ciertas rutas, como la de Monterrey y la Ciudad de México, debido a la distancia y a lo competitivo que es hacerlo por aire, casi al mismo precio, pero con un ahorro significativo de tiempo.

Sin embargo, las compañías de autobuses son por mucho las líderes en transportación de pasajeros no sólo en distancias cortas, sino también en largas, donde la conectividad aérea es insuficiente.

Estos días ha llamado la atención el proyecto de la Ruta Maya de Aeromar, que dirige **Andrés Fabre**, pues anteriormente la única forma más o menos eficiente de conectar en transporte público destinos como Tulum, Chichén Itzá, Palenque y Comalcalco, por mencionar algunos sitios arqueológicos, era por autobús.

Sin embargo, hay un largo camino por andar al respecto y muchos retos que no se han resuelto.

Para hablar de eso, el miércoles de la semana pasada, Imágenes del Turismo convocó a una mesa redonda en la que estuvieron **Mario Pintos**, director de Ángeles Verdes; **Sebastián Gómez**, fundador de reservamos.mx; **María Angélica González Saravia**, directora general de Normalización y Calidad Regulatoria de Sectur y **Víctor Hugo Enríquez**, gerente para el centro del país de ADO.

La seguridad, obviamente, es uno de los problemas y Pintos informó que hay rutas en estados como Tamaulipas, Zacatecas y Guerrero en donde, literalmente, no hay condiciones para viajar de noche por carretera.

El propio modelo de los Ángeles Verdes, que atiende básicamente a particulares sin costo, es un caso único en el mudo, pues la tendencia para atención a problemas en el camino, generalmente se hace como parte de la cobertura de los seguros vehiculares.

Por el lado de las líneas de autobuses, firmas como ADO han incorporado el sistema de fotografiar a todo aquel que aborda un autobús para cotejar la imagen con el boleto, como una práctica que acota la presencia de maleantes a bordo.

Pero si este asunto es en sí complicado, otro económicamente más relevante es cómo interconectar la oferta de asientos de transporte público, aéreo y terrestre para que los viajeros puedan llegar más eficientemente a sus destinos.

Si en el negocio aéreo esto explica la existencia de los clubes como One World y Skyteam, en México ha sido imposible concretar algo parecido.

Si por decir algo, hoy es fácil comprar un boleto de avión Ciudad de México-Dublín, a través de un código compartido que englobe los servicios de Aeroméxico y Virgin, algo parecido no funciona con dos compañías de autobuses que compiten en México.

Lograr que un viajero adquiera en una misma operación los tramos para ir de Jalapa a Loreto, utilizando dos compañías de camiones distintas y una aerolínea es algo que no existe.

Un tema en el que precisamente ha estado trabajando **Gómez**, todavía sin éxito.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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