Elecciones en el Edomex ponen en riesgo a delfines en cautiverio

 
Carlos Velázquez
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Este martes 18 de abril el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), cuyo coordinador parlamentario en la Cámara de Diputados es **Jesús Sesma**, subirá para su votación en el pleno una iniciativa para reformar el artículo 60 de la Ley General de Vida Silvestre.



Su propósito es prohibir la operación de delfinarios e inhibir la reproducción de especies dentro de los mismos, que, de prosperar, acabará con un negocio que genera unos 15 mil empleos directos e indirectos y que contribuye a la competitividad turística de algunos destinos mexicanos.

Ciertamente, el bienestar de estos animales es un activo importante que se debe proteger y, eventualmente, podrían existir argumentos científicos que demostraran la necesidad de cerrar dichos negocios.

Hasta ahora esos argumentos no sólo no se han encontrado, sino que la Norma Oficial Mexicana que los regula fue redactada por expertos ambientalistas nacionales e internacionales y se considera una de las más avanzadas del mundo.

Lo que está detrás de esta iniciativa, que puede pasar en fast track, es la posición de **Jorge Emilio González Martínez**, senador por Quintana Roo y quien personalmente está en contra de los delfinarios.

Cuando la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (Amhmar), que preside **Rodrigo Constandse**, entró en contacto con **González Martínez** para hablar sobre el tema, la posición de este último parecía abierta a analizar la situación de estos negocios a través de argumentos científicos serios.

Sin embargo, las elecciones por la gubernatura del Estado de México han abierto una coyuntura excepcional para que esta reforma sea aprobada con el apoyo del PVEM y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Los dirigentes de este último están decididos a hacer todo lo necesario para ganar las elecciones en el estado políticamente más importante del país y ello incluye darle al Verde los votos necesarios para aprobar esta iniciativa.

Si ya todo esto resulta un ejemplo de los alcances de las alianzas entre ambos partidos; el pasado 6 de abril no sólo hubo un intento fallido porque se aprobara la ley, sino que, además, un grupo de mujeres entró al pleno de la Cámara de Diputados para pedir los votos a favor de la iniciativa a través del “coqueteo” con los legisladores.

Un asunto que en sí mismo ha provocado la indignación de muchas personas, que siguen sin entender cómo se pueden impulsar estas prácticas sexistas en la máxima tribuna.

Más allá de que el tema de los delfines en cautiverio sea revisado a profundidad, lo importante es que este martes la reforma legal no pase, pues se estaría atendiendo a una opinión parcial y a un caso de oportunismo político inaceptable.

Aprobar la reforma sería una prueba más de la falta de seriedad política, que pondría en riesgo no sólo miles de empleos, sino la vida de 300 delfines, pues, como está redactada la reforma, orillaría a que los empresarios incurrieran en prácticas que sí lastimarían su calidad de vida.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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