El silencio ha sido la respuesta de Hacienda a senadores

 
Margarita Solís
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El silencio es la única respuesta que han obtenido por parte de José Antonio Meade, secretario de Hacienda y Crédito Público, a la carta que un grupo de senadores de diversos partidos políticos le envió recientemente, según afirma una de las firmantes de la misiva, la panista Marcela Torres Peimbert, de la cual dimos cuenta en este espacio la semana pasada.



En la carta, los legisladores se quejan de que los funcionarios de Hacienda no les hacen caso, “a pesar de haber insistido en no menos de cincuenta ocasiones, en las cuales hemos realizado llamadas directas a los contactos personales y públicos de dicho mandos; nunca hemos obtenido respuesta por parte de ningún funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”, le reclaman a Meade en el texto.

La intención de estos senadores es dialogar con los funcionarios de Hacienda para conseguir que les den un trato fiscal más equitativo a los productores de vino del país, los cuales enfrentan altas tasas impositivas que les merman su capacidad competitiva en el mercado de los vinos de mesa.

“Hasta el momento nada, es lamentable esa actitud de la Secretaría, pero seguiremos insistiendo, comentó a esta columna la senadora Torres Peimbert, quien sostiene que la de Hacienda ya más bien es una cerrazón a cualquier tipo de modificación en la política fiscal, a pesar de que, como sería en este caso, en el largo plazo les signifique una mayor recaudación de impuestos.

Al respecto, Hans Backhoff Guerrero, director de Monte Xanic, una de las principales casas productoras de vinos mexicanos, explica que su objetivo es convencer a las autoridades del Servicio de Administración Tributaria (SAT), organismo de la SHCP, de que al vino se le considere un alimento y no una bebida alcohólica de alta graduación, ya que así se modificaría su estatus legal y dejaría de pagar el 26.5 por ciento de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se paga por la producción y venta o importación de gasolinas, alcoholes, cerveza y tabacos. Si a lo que pagan de IEPS se le suma el 16 por ciento de IVA, al final su tasa impositiva alcanza 42.5 por ciento, “lo cual es injusto, porque nos impide ser competitivos”, asegura.

Y es que, según comenta Backhoff Guerrero, compiten contra vinos como los españoles, donde tienen tasa cero, o contra los de Estados Unidos, donde tienen tasas fijas para proteger a sus productores. Así, un vino de mala o mediana calidad paga la misma tasa que los vinos de alta calidad, porque los impuestos se establecen sobre el volumen de producción y no sobre el precio, lo que les incentiva a producir vinos de mejor calidad.

En México, el precio promedio de los vinos de mesa es de 130 pesos la botella, por lo que empresarios y senadores están buscando que se les tase en 45 pesos el impuesto por litro, de esta manera ahora los vinos más baratos pagarían más impuestos y los de mejor calidad pagarían menos. Y, asegura el directivo, la recaudación se incrementaría porque la mayoría de los vinos nacionales están por debajo de esos 130 pesos.

De acuerdo con lo que expone, con este esquema el resultado sería que, además de mayores ingresos para Hacienda, la medida impactaría positivamente en diversos ámbitos: bajaría el precio al consumidor, fomentaría la inversión en el sector, incrementaría los empleos, impulsaría el desarrollo regional en las zonas productoras, haría más eficientes sus costos de producción y estarían en condiciones de exportar más, aumentando también la captación de divisas por este concepto.

El director de Monte Xanic platica que han conversado esta situación con el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, quien los ha apoyado en temas de promoción y organización de eventos; igualmente, el subsecretario de Agricultura, Jorge Narváez, los ha apoyado en cuanto a la producción en los viñedos; y tienen pendiente una reunión con el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, para exponerle la problemática. “Sí nos ofrecen su apoyo en lo que toca a sus áreas, pero en cuanto llegamos al tema fiscal, es muy poco lo que ellos pueden hacer porque no es de su competencia”, sostiene.

La senadora Torres Peimbert agrega que Hacienda debe tomar en cuenta que no se trata solamente de un asunto agrícola y de exportaciones, ya que la industria también da origen a otra: el Enoturismo. Y para poner en números el valor de esta actividad, comenta que en su estado, Querétaro, el segundo destino más visitado son las cavas de Freixenet, con 300 mil turistas al año.

Sin embargo, aun con todos estos argumentos, “Hacienda ni siquiera lo quiere discutir”, se lamentan tanto la legisladora como el empresario.

Inmovilidad y cerrazón son las palabras con las que la senadora define la actitud de las autoridades federales frente a una problemática que, por lo menos, debería aceptar escuchar. Eso ya sería un primer gran paso.



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Periodista con más de 20 años de experiencia en los sectores relacionados con finanzas, economía, negocios y comercio. Entre el mundo impreso y el digital.

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